Belize enamora

La segunda jornada del Certamen de San Adrián tuvo como estrella a Belize, La banda navarra que se va consolidando en el directo, mientras que en el concurso compitieron Los onubenses de Profeta Garrido y Los alicantinos de Alademoska

SANTI ECHEVERRÍA. Publicado en Diario de Navarra, 5 ENE 2016.

Un momento de la actuación de Belize en la noche del domingo en San Adrián. TXEMJDÍAZ.

En la segunda jornada del certamen de San Adrián la lluvia hizo de las suyas y estropeó bastante las idas y venidas del respetable para acceder a la Car­pa del Escenario Principal en la plaza Fructuoso Muerza de San Adrián, donde este año se cele­bran los conciertos. A pesar de todo hubo suficiente público pa­ra dar calor a la velada de tarde­noche (…).

Belize

Finalmente salió a escena el gru­po invitado, los pamploneses Be­lize que están teniendo un gran éxito tanto en su gira nacional co­mo en la repercusión en los me­dios de su primer disco, con críti­cas mas que positivas que lo si­túan en general como uno de los mejores del año. En San Adrián Belize trazó un concierto con un claro in crescendo emocional, trabajando el repertorio en el que expusieron todos los temas del disco, pero ordenados en franca progresión en cuanto a tempos, de manera que también el sonido desplegado fue mucho mas contundente que lo que ex­pone su disco. El respetable les fue pidiendo mas y mas y tuvie­ron que repetir canciones en la fase de los bises. Formada en Pamplona, la banda navarra Belize camina sobre una fina senda que aúna el espíritu acústico y melódico del pop más directo, el tropicalismo y los sonidos veni­dos del sur del Atlántico y las at­mósferas y texturas electrónicas de la música dance. La primera sensación respecto a sus cancio­nes puede ser la de una música escapista, que ayuda al oyente a relajarse emocionalmente con estos nuevos paisajes sonoros cargados de cierto hedonismo. Pero al final queda el sabor del pulso amigable de las voces de Ana y Ángel, que en cierto modo representan la utopía frente a la realidad. Un diálogo que aporta una reflexión que encandila.

En San Adrián estuvieron Ana Fuertes en la voz, Ángel Fuertes en las guitarras y voz, María Fer­nández en el violín, teclados y co­ros; Pablo García en el bajo eléctri­co y secuencias; Juan Rubio en las guitarras y Guillermo F. Motiloa en la batería. Su sonido invita a pensar en que tenemos a un gru­po con un discurso musical y so­noro muy propio, mas preocupa­do por crear que por clonar. Mos­trando un continuo equilibrio entre lo electrónico –bases, sam­ples, etc.– y lo analógico, entre el ritmo contagioso, la quietud, el mensaje, la inspiración folki... Una entidad que ya no solo asegu­ra una magnífica escucha sino que apunta como uno de esos gru­pos que tendrá mucho que decir.


 
 

Anterior
Anterior

«Cada uno es hijo de lo que escucha»

Siguiente
Siguiente

Belize: «Cada uno canta en un idioma distinto porque razón y sentimiento raramente hablan el mismo lenguaje»