«La idea es trasladar al oyente a un lugar mejor a través de las canciones»

Cuando ya casi nadie apuesta por grupos nuevos, la multinacional Warner ha puesto toda la carne en el asador para editar el primer disco de los navarros Belize

F. FERNÁNDEZ. Publicado en Noticias de Navarra, 06 SEP 2015.

PAMPLONA — Pablo (bajo) y Ángel (guitarra y voz), con la ayuda de Ana (voz), desgranaron para DIARIO DE NOTICIAS la envidiable aventura que están viviendo estos días, a punto de ver llegar a las pocas tiendas de discos que todavía existen el primer retoño musical de su grupo, Belize. El compacto, homónimo, es un viaje paradisíaco que traslada al oyente a paisajes idílicos a la par que inunda el alma y los oídos de un relax inusitado.

¿Belize llegó a Belize para huir de su Mordor natal?

— Pablo: Yo creo que no era una huida. Simplemente fue una evolución. Sí que puede parecer que veníamos de algo más feo y que nos lanzamos al preciosismo...

— Ángel: Sí que tiene un toque escapista, ya que la idea era tratar de llevar al oyente a un lugar mejor, anímicamente sobre todo. En el fondo es la culminación de todos los años de trabajo anteriores.

Efectivamente, cuando uno escucha Belize se siente transportado por la música a paisajes casi oníricos, pero, al margen de lo espiritual, las canciones proponen un viaje a lugares concretos, desde Pekín a Samoa pasando por Tik’al.

— Pablo: Siempre ha habido esa intención de viaje... Al ir sacando las canciones por separado, parecía como si no tuvieran un hilo conductor... Hay muchas referencias a lugares, a sonidos, hay aguas, mares, gaviotas...

— Ángel: Musicalmente, lo que acaba atando las canciones son los interludios, es lo que hace de la escucha algo continuo, que es lo que nos interesaba también. Que no fueran solo canciones, como pequeñas píldoras que podrías escuchar por separado, sino que una escucha completa pone en relación todos los temas del álbum. Además, hay interrelación entre canciones, con partes de una que se repiten en otra, por ejemplo. El disco, en cierto modo, es como un documental que te lleva por todos esos sitios.

— Pablo: Eso sí, en el álbum no hay una evolución clara, tampoco un orden concreto.

Precisamente, pedís a aquellos que se hagan con el compacto, una escucha completa, continuada, ¿sois conscientes de que eso, a día de hoy, es una petición más complicada que la de requerir a los adolescentes que lean libros?

— Pablo: Es complicado pedirlo porque poca gente hace discos de esta manera ahora; los álbumes ya no son lo que eran en los setenta, casi conceptuales. Son trabajos que tienen un concepto que engloba todo el disco, al margen de ser una recopilación de canciones metidas en un mismo saco que, ojo, también nos encanta. Pero nosotros queríamos un disco como obra completa, con los temas enlazados, sin llegar a ser una ópera rock, porque tampoco es eso... Pero es que si no haces una obra relacionada, por qué vas a pedir a la gente que escuche todo el disco; de la misma forma que si tu haces una película, ésta debe tener un hilo conductor que te provoque que te apetezca verla desde el principio hasta el final; si solo es una compilación de gags, no será una película.

— Ángel: Al final, lo que tienes que preguntarte es qué aporta un disco que no aportan cinco canciones sueltas. Nosotros hemos elegido ir un poco mas allá y ofrecer un trabajo para aquellas personas que son de escucharse todo de principio a fin; y ellos son los que se encontrarán con la verdadera sorpresa, porque hasta ahora Belize era un grupo de canciones sueltas, unas de dos minutos, otras de tres y pico, unas en portugués, otras en inglés, unas cantadas, otras con partes recitadas... Canciones entre las que parece que no hay relación, hasta que las escuchas en el disco. En el fondo es nuestra apuesta musical.

¿La música tiene tanto poder que es capaz de amansar la fiereza de los monstruos escondidos en el armario?

— Pablo: Sí, totalmente. Además es algo que, personalmente, noto mogollón. En esos días en los que te levantas de mal rollo, sin darte cuenta, empiezas a escuchar música y te cambia el feeling del día. A veces, te pones un disco que te mola, y te cambia el por completo el día.

— Ángel: Al margen del indudable poder que tiene la música para hacer eso, ahora estamos descubriendo el efecto en la gente, lo que les sucede cuando escuchan nuestras canciones... Cuando empezamos con este proyecto, la idea era, como habíamos comentado antes, llevar a la gente a un lugar mejor, pero, de alguna forma, se desvió un poco, y la sensación que tiene ahora todo el mundo es que Belize te relaja el espíritu, te tranquiliza y te da paz. Nosotros no lo hicimos con esa intención pero nos alegra porque, últimamente, las canciones que más destacan en las listas son muy de moverse, de bailar, frenéticas... Y Belize es todo lo contrario: relaja un poco, descansa el alma.

¿Es la música o el argumento el que os lleva a utilizar un idioma concreto, a recitar en lugar de a cantar?

— Ángel: Es la música. Una música que no hemos querido ni acotar ni ponernos límites. Si, por ejemplo, el tema Saudade nace con un rollo más brasileño, por lo que estábamos escuchando en ese momento, ¿por qué no? ¿Por qué tenemos que cantar solo en inglés o en castellano? Hacemos lo que sale, de la misma forma que mezclamos varios géneros. En cuanto a las letras, éstas se limitan por los personajes que las protagonizan. De alguna forma, casi en cada canción mi hermana encarna un personaje y otro. Ella es el lado derecho del cerebro, en plan positivo, todo va a ir guay, anímate; y canta las partes más pegadizas y los estribillos. Mientras que yo soy el lado izquierdo del cerebro, el que pide calma, te dice que te relajes, el racional, el que recita en lugar de cantar. De alguna forma, las canciones surgen en estos dos términos: no encasillarnos musicalmente y a través de los dos personajes.

¿Qué le da un grupo como Belize a una multinacional como Warner para que apueste de semejante manera por un grupo casi recién nacido que va a editar su primer álbum, en los tiempos en los que no se venden apenas discos?

— Pablo: Creo que es una decisión personal de la gente de Warner que ha decidido llevarnos.

— Ángel: Y también tiene que ver mucho con nuestro mánager, Manuel Notario (director de la agencia Hook, en cuya cartera figuran grupos como Amaral, Izal o Elefantes).

— Pablo: Me imagino que será una sensación de frescura la que ellos hayan percibido al escucharnos, y supongo que habrán pensado que esa sensación la podemos transmitir a más gente.

— Ángel: Y porque supongo que creen que las canciones pueden funcionar.

— Pablo: Y porque además, ellos no están súper a gusto trabajando con Ylenia, y también quieren desarrollar algo que les ilusione como proyecto personal.

— Ángel: En lo que se refiere a Warner, lo importante es que han invertido en el grupo y nos han dado las riendas de dirigir nosotros el proyecto, otorgándonos toda la confianza. Basta como ejemplo que, al empezar a grabar el disco, solo nos preguntaron qué productor queríamos y dónde queríamos grabarlo. Y no escucharon nada hasta que lo tuvimos terminado; creo que, hoy en día, ni las discográficas independientes te dan tanta libertad.

A solo unos días para que el disco llegue al gran público, ¿cuando Belize se coloca ahora frente al espejo, qué ve y qué escucha?

— Pablo: Es diferente lo que vemos y lo que escuchamos. Yo me veo que no estoy 100% preparado para este paso, en el sentido de que igual le estamos dando mucha importancia cuando quizá no tiene tanta. Si pienso en un lanzamiento con una multinacional, algo que ni imaginábamos hace tres años, sí que me noto un poco inseguro, pero pienso que va a ser guay porque estoy muy satisfecho con el resultado.

— Ángel: Los espejos siempre reflejan ciertas inseguridades. Y, además, con lo que somos nosotros, en el sentido de cansarnos rápido de las cosas, hemos podido hacer un proyecto de dos años y pico y en ningún instante ha surgido la sensación de querer cambiar y tirar por otro lado... En todo momento la idea era seguir adelante para ver hasta dónde llegábamos.

La pregunta del millón, ¿qué vamos a ver en directo de Belize? ¿Será un fiel reflejo del disco, es una evolución, es diferente...?

— Pablo: Lo bueno que tiene haber hecho un montón de versiones de cada una de las canciones antes de decidir cuál era la buena, es que nos ha dado la capacidad de innovar con ellas de forma que los temas que se escucharán en directo no serán los mismos que las del disco. Además, no tener un formato cerrado de grupo nos obliga a ser flexibles con los arreglos, por ejemplo, al margen de que en el compacto hemos hilado las composiciones de una manera y en el directo lo hacemos de otra. A mí, lo que me gustaría es que llegase a ser un directo muy dinámico, que cambie mucho, que no sea siempre lo mismo en el sentido de: hemos preparado 50 minutos y esto es lo que vamos a hacer en todos los escenarios.

— Ángel: De hecho, el disco lo hicimos sin pensar que iba a haber un directo después, sin pensar en cómo íbamos a tocarlo.

— Pablo: Es un proceso duro, porque cuando ya tienes una canción que te gusta como ha quedado, llegas al directo y te das cuenta de que tienes unas limitaciones, y hay que saber sobreponerse a ellas.

— Ángel: Y lo hacemos así porque sabemos que la experiencia de escuchar una canción suelta, un disco entero o un concierto, no es la misma, porque el entorno, la acústica, el espacio y las personas cambian. Por eso tampoco hay ninguna versión acústica en los vídeos que será igual a las del disco.


 
 

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