Ángel y Ana Fuertes: «Hacemos música para los demás»
Los hermanos Ángel [Arq 13] y Ana Fuertes [Enf 16] constituyen Belize, una de las bandas emergentes más relevantes del panorama pop español actual. Con el amparo de la compañía discográfica Warner, su primer disco recoge una selección de melodías que buscan conectar con el oyente para transportarle a otros lugares.
ALBERTO BONILLA y LUCÍA MARTÍNEZ ALCALDE. Publicado en Nuestro Tiempo, Número 691, abril - junio 2016.
Belize en la redacción de Nuestro Tiempo. GABRIEL POUT.
¿De dónde surge la idea de Belize?
— ÁNGEL: La idea surge de una inquietud artística. Nosotros ya teníamos grupos previos. El último, Pete Bombastic, se paró en 2013, y entonces pensamos que estaría genial poder componer con tiempo, para dedicarle a una canción varios días, meses... sin necesidad de acudir a un productor. Queríamos hacer música sin ajustarnos a un formato estándar, apostar por canciones que van dentro de una temática artística muy concreta y acompañarlas como a nosotros nos gusta hacerlo, con una estética muy cuidada.
— ANA: En ese momento, yo estudiaba segundo de Bachillerato y acabé metida en el grupo porque mi hermano participó en el Concurso de Cantautores de la Universidad. Aunque no había cantado nunca, Ángel me propuso actuar con ellos. Me lancé y ese verano grabamos «Egos».
— ÁNGEL: Siempre tuve claro que las canciones de Belize funcionaban bien como diálogos, y las probaba en casa con Ana. Las ideas iban saliendo, y de una manera muy sencilla fuimos grabando todo lo que se nos ocurría. Como punto final, lo llevamos a mezclar al estudio de Hans Krüger y contamos con Santi G. Barros [Com 13] para hacer el vídeo de las dos primeras canciones, «Egos» y «Ritmos». Ahí nace Belize: con un par de composiciones, sin tener grupo estable, sin saber muy bien cómo se va a organizar, sin pensar en el próximo disco ni en hacer directos.
Se podría decir que Belize hoy no tiene nada que ver con lo que se imaginaban ni con su propósito inicial…
— ANA: Por una parte, sigue habiendo una forma artesana de hacer las cosas. Y, por otra, haber firmado un contrato con Warner marca unos tiempos. La discográfica ha respetado desde el primer momento nuestra manera de trabajar y nos ha dado una libertad y una confianza que no pensé que fuera posible.
— ÁNGEL: Han cambiado algunos miembros del grupo, los tiempos, la experiencia, vamos definiendo el estilo, adónde queremos ir… Eso pasa de forma natural. Pero lo que nos hace un poco distintos es la posibilidad de entender todo como un proyecto unitario, como un universo Belize, y el poder desarrollar nosotros cada uno de esos aspectos, cuidar cada parte de la producción como si fuera una canción. Un vídeo es tan importante como una melodía, unas fotos, una red social… Todo forma parte de la misma idea.
Han calificado su estilo de pop, pero no se parece mucho a lo que suena en las radios musicales.
— ÁNGEL: El pop está muy denostado, como si fuera un género que merece poco la pena o que tiene poco trabajo, pero en el fondo son canciones que están hechas para oírse y para que la gente las disfrute. Creo que lo que caracteriza a Belize es suavidad, escapismo, llevar este estilo hacia un sitio más tranquilo donde sosegar el alma. Con unas referencias musicales que no son solo españolas sino también transoceánicas, basadas más en ritmos caribeños y latinos, pero con un componente electrónico.
A la hora de componer ¿les influye la música que escuchan? Porque son distintos: lo que escucha Ana no es lo mismo que escucha Ángel…
— ÁNGEL: En la Universidad tuve un profesor que nos enseñó a discurrir sobre el método creativo. Él decía que se compone desde la memoria, con los recuerdos, la experiencia… Lo que escuchas, ves, entiendes, lo que has asimilado mientras vives eso, sale en la creación artística, aunque tú no hayas querido que eso te influenciara. Por eso es importante elegir bien lo que escuchas, lo que quieres que te aporte. La variedad de las influencias que tiene cada uno es lo que enriquece al grupo.
— ANA: Desde pequeños nuestro padre ponía mucha música en casa. En Primaria yo ya había escuchado a Cat Stevens, los Beatles, Dire Straits… Con los años he aprendido a no conformarme con la música que escucho, a preguntarme los porqués cuando conozco un nuevo grupo y a no quedarme con el «Me gusta esta canción», sino ir más allá: «Voy a ver cómo han hecho este trabajo»
¿Pretenden educar musicalmente a sus oyentes? Por ejemplo, cuando invitan a que escuchen el disco de principio a fin.
— ANA: Para escuchar un álbum entero seguido tienes que tener tiempo y querer escucharlo. Conozco a gente muy impaciente: si pasan treinta segundos y no hay letra enseguida te preguntan: «¿Cuándo empieza?». Creo que hay que ser paciente para aprender a apreciar esas cosas.
— ÁNGEL: Más que para educar, el disco está hecho para contemplar. Puedes escucharlo completo y entender que detrás hay un discurso, una idea. Pero las canciones también se pueden escuchar de forma independiente. Desde ese punto de vista, el reto fue coger canciones tan distintas como «Egos», «Ritmos» o «Saudade» o «Tik’al» y hacer de cada una un vídeo temático con coherencia entre ellas. De este modo, unidas en un disco, se crea una estructura de principio a fin que funciona bien. Si alguien se toma el tiempo de escuchar el disco entero, sin interrupción, eso le aporta algo diferente a escuchar una canción independiente. No es lo mismo ver el vídeo de «Egos» en la playa que escuchar «Tik’al» en directo. Queremos que cada cosa que hagamos sea singular, pero no por ser distinta, sino porque cambia la forma de escucharla: en directo, en estudio, audiovisualmente…
¿Tienen en cuenta cómo repercute su música en la gente?
— ÁNGEL: Cuando escuchas música, o vas a un concierto, buscas conectar con la otra persona. También el público lo espera, y eso se logra con una obra artística que sea atractiva y, sobre todo, personal. Se dice que a través de la música se conoce a la persona, y eso lo tenemos en cuenta a la hora de producir. En ocasiones un músico se puede olvidar de que está haciendo música para los demás, no para exhibir todo su ego interior.
— ANA: Las críticas son positivas porque te hacen crecer en muchos aspectos. Yo no estoy cerrada a cambiar: sería un error estarlo. Incluso las opiniones que a veces te cuesta aceptar pueden aportarte algo. Te ayudan a tener claro cuáles son tus cualidades, saber potenciarlas, saber que se puede mejorar siempre y ser humilde.
— ÁNGEL: Al final las críticas influyen más de lo que a uno le gustaría. Es muy positivo que haya tanta comunicación posible con la audiencia ahora, porque de alguna manera es casi como un espejo donde ves la imagen que estás dando.
¿Y las críticas positivas?
— ÁNGEL: Es más complicado aceptar una crítica positiva que una negativa. Conseguir que lo malo no te derrumbe y que lo bueno no te eleve demasiado. En el grupo, al menos uno de nosotros siempre tiene los pies en la tierra, es muy difícil que cinco o seis personas lo vean todo de la misma manera. Hemos intentado tener una actitud lo más cercana posible con los medios, con las organizaciones, pero sin perder el punto de seriedad que creo que hay que tener cuando compartes cartel con gente muy relevante del país.
— ANA: Ese punto de seriedad lo lleva Ángel. Él ha sido el que ha estado constantemente centrado en el grupo. Detrás de Belize hay mucho esfuerzo, perseverancia, sobre todo por su parte… Para que las cosas funcionen hay que meter muchas horas, se necesita ilusión…Y poner en práctica todo eso que nos han enseñado en la familia, en el colegio y en la universidad.
Ángel Fuertes, intérprete de Belize. GABRIEL POUT.
UNIVERSO BELIZE
«Lo que nos hace un poco distintos es la posibilidad de entender nuestro trabajo como un proyecto unitario y poder desarrollar nosotros mismos cada uno de los aspectos de la producción» (Ángel)
ECOS DEL PÚBLICO
«Las críticas son positivas porque te pueden aportar mucho. Yo no estoy cerrada a cambiar: sería un error» (Ana)
¿Qué componente de suerte y qué de trabajo hay detrás de la formación?
— ÁNGEL: Hay un factor excepcional en lo que nos ha pasado, no es común, esa es la verdad. A veces, al terminar la carrera, existe una presión brutal, y uno se olvida de que el futuro profesional es fruto de la constancia. No se enseña bien que todo lo relacionado con la producción artística —arquitectura, música, pintura, escritura…— al principio se trata de una inquietud que empiezas a desarrollar y luego perfeccionas. Lo importante es qué haces tú para corresponder al talento que posees, cuánto trabajas para llevar eso a un buen lugar. Un error también habría sido haberlo hecho solo: cuando alguien piensa que tiene algo especial, en ocasiones tiende a querer destacar individualmente, pero los buenos proyectos salen en equipo. Todo lo que es ahora Belize no habría sido posible sin quienes lo componen: María, Vicente, Juan, Pablo, Ana y Tasio en los comienzos. Me gustaría que lo que nos distinguiera es que hemos trabajado muchísimo. Y todo lo que hemos vivido en esta Universidad han sido piezas imprescindibles: por ejemplo, ganar Cantautores fue el paso para crear el grupo Pete Bombastic.
La carrera de Ángel está muy relacionada con el proceso artístico. Y usted, Ana, estudia Enfermería, ¿cómo conecta estos dos mundos?
— ANA: Yo cuido de las personas y de su bienestar, ya sea para curar una enfermedad o para paliar un dolor. Y creo que la música ayuda mucho. Me ha servido en primer lugar conmigo misma. Me ha dado la oportunidad de conocerme, de perder el miedo, de ver que puedes tener una cualidad y ofrecerla a los demás. Hice el Trabajo Fin de Grado sobre la musicoterapia en pacientes con demencia y Alzheimer. Mi estudio trata sobre cómo, en un proceso en el que vas perdiendo las funciones cognitivas, la música ayuda a recordar, a crecer, a cambiar el ánimo, a abstraerse…
¿Les ha puesto su música a sus pacientes?
— ANA: Sí. A una de las mujeres le puse el disco y le emocionó mucho. Al instante se le olvidó, pero en el momento eran sonidos que le hacían sentir, que le despertaban emociones. Eso ayuda a que haya un bienestar real en el día a día de cualquier persona, y aplicado a esta enfermedad veo que hay una evolución.
¿Les han dicho que se dediquen a algo más serio? ¿Creen que ser músicos está valorado igual que otras profesiones?
— ÁNGEL: Los trabajos en sí no se dividen en serios o no, sino que la seriedad la imprime la gente. La experiencia te demuestra que este es un trabajo muy sacrificado, y no demasiado bien valorado, pero siempre hemos sentido el apoyo de nuestra familia.
— ANA: Nos han educado en valores y nos han dado libertad para que hiciésemos lo que quisiéramos. No han dudado nunca de que se puede estudiar una carrera y a la vez dedicarse a la música.
— ÁNGEL: Por otra parte, ahora mismo es raro que alguien se dedique a alguna profesión con una exclusividad total porque todo está en permanente cambio. Siempre he tenido en cuenta que lo que hago en la música va a afectar a mi faceta de arquitecto.